El pasadizo secreto
Martín, Daniela, Sofía y yo; somos chicos muy simpáticos, creativos e imaginativos;
con mis compañeros estábamos corriendo, por el patio de la escuela, la llamada
“St. Victoria”.
Entramos a clase, como todos los miércoles. Por la puerta asomó la cabeza del Sr. director Todd
Cronenberg:
—Buenos
días, Srita. Mercedes, buenos días, alumnos; preciso retirar a tres
alumnos.—
dijo el director con voz grave.
—Claro
que si, Sr. Director.— agregó la maestra obedeciendo.
—Escobar,
Martínez y Jiménez, acompáñenme. — comento el director
en
un tono enojado.
Fuimos tras él, pero sabíamos que un castigo nos
esperaba en
la
dirección.
—Niños,
díganme, ¿que hicieron?
—Nosotros
no hicimos nada, Todd— afirmo Daniela.
—En
primer lugar, ya les dije que para los alumnos, soy el Sr. Director; y
en
segundo lugar, Pilar vino llorando a decirme que ustedes estaban por
darle
un puñetazo; ¿es correcto eso?
—Señor,
le juramos que nosotros no fuimos— agregué.
—Niños,
aunque lo nieguen, sé que fueron ustedes, llevo muchos años
como
director.
Nos
llevó hacia el salón de castigos y allí nos dejó.
Ya habian pasado dos horas, mis amigos estaban durmiendo, pero de
repente,
detrás de un viejo cuadro lleno de polvo, descubrí un
pasadizo
secreto.
—¡¡¡Chicos!!!
¡Miren lo que descubrí!— Dije emocionadamente
—¿Qué
pasó? — preguntó Daniela
—¿Estas
bien? — agregó Martín en tono preocupado
—No
se preocupen, estoy bien; pero miren lo que descubrí. ¡Vamos
vengan!
—¡Oh!
¿Qué es eso? — se preguntaron Daniela y Martín.
—No
lo sé, pero hay que averiguarlo, ¿vamos?
—¡Claro!
—Pensaron en voz alta Daniela y Martín.
Los
tres entramos, era un paisaje raro, y empezaba a asustarme, había trolls,
brujas, ovnis, centauros y otros seres que venían de mundos desconocidos. Comenzamos
a caminar por esos caminos de tierra, había cabañas abandonadas, árboles
tenebrosos, ruidos extraños y animales verdaderamente exóticos, estábamos muy
asustados, no veíamos la hora de irnos, pero ya no había vuelta atrás. Para
volver a nuestro pueblo deberíamos pasar una serie de pruebas. Nos quedamos
observando minuciosamente cada rincón de ese lugar. Luego llegó un centauro que
nos guió hacia unas cabañas en las que íbamos a pasar varias noches, nos imaginábamos
unas cabañas lujosas a diferencia de las otras, pero no era así eran aún peor
que todas las demás…
Dormimos allí toda la noche; al día siguiente un ruido extraño nos despertó,
era el señor Strujenbajen, le abrimos la puerta, era raro, de ojos saltones, y un poco bajo…
—Es
hora— dijo Strujenbajen
—¿Hora
de qué?— preguntamos los tres al unísono.
—Es
hora de empezar la prueba Nº 1. Síganme
Eso
mismo hicimos, lo seguimos, nos llevó por un sendero, muy oscuro, estaba helado
allí. Pero nuestro objetivo era volver, así que haríamos lonecesario.
—Llegamos—
dijo Strujenbajen. —Ahora lo que deben hacer es escalar
esa
montaña que ven allí.
—Bien,
haremos lo que sea para regresar— agregué rápidamente.
Inmediatamente
fuimos a escalar aquella montaña. Al principio nos asustamos de tan alta que
era, pero con valentía y ayuda entre nosotros
la escalamos. Teníamos fe en cada uno de
nosotros, pero, de repente, la soga comenzó a ponerse resbalosa. Como buen
equipo nos ayudamos
entre
todos, y al final subimos De repente, pasó un águila que quiso
atacarnos.
Nos escondimos en una cueva que estaba
en la cima
de
la montaña, por suerte no logró vernos, pero ya estábamos listos,
para
nuestro segundo desafío.
—Ya
llegamos ¿cual es nuestra segunda prueba?
—¡Muy
Bien! La segunda prueba consiste en lo siguiente: deberán cruzar
ese
puente movedizo al cual le faltan varios tablones.
—Bien,
lo haremos— Respondimos
Fuimos
directamente para aquel puente, pero se movía demasiado,
tuvimos
que ayudarnos entre todos para llegar, fue un tanto difícil, pero
lo
logramos. Apenas llegamos nos esperaba Strujenbajen.
—Chicos,
debo felicitarlos, ¡Lo lograron!
—Así
es; como un buen equipo. ¡Todos para uno y uno para todos!
—Como
recompensa les doy lo que querían, el portal para volver a casa
Lo
extrañaremos, señor, y muchas gracias…
Yo
también los extrañaré y de nada.
¡Adiós,
niños!
¡Adiós,
señor!
Y
de esta manera pudimos volver a nuestro lugar; el director nos perdonó y
los
llevó a clase y nosotros prometimos no hacer nunca mas nada
incorrecto.
Muy bien, Vicky!
ResponderEliminarGracias Profe!
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