lunes, 20 de junio de 2016

La doble muerte en “La noche boca arriba” de Julio Cortázar y “El sur” de Jorge Luis Borges.

            En los relatos “La noche boca arriba” de Julio Cortázar y “El sur” de Jorge Luis Borges, dos autores de excelencia en el país, se puede encontrar explícitamente la doble muerte, sueño y realidad.
En primer lugar, “La noche boca arriba” cuenta la historia de un hombre que sufre un accidente al chocar con su moto. Este hombrees atendido por los médicos; mientras tanto, el empieza a “soñar” que está en medio de una guerra y debe morir sacrificado. En cambio, el relato “El sur”, cuenta acerca de la vida de un hombre que sufre septicemia. Durante el tratamiento en el hospital éste también comienza a “soñar” que está en una vieja estancia en el sur. En éste momento, Borges nos da una clave de lectura autobiográfica a través de este relato.
Por una parte, se nota en ambos relatos el desdoblamiento del personaje principal. Este vive en un mundo que comienza siendo un sueño pero resulta ser la realidad.
En “La noche boca arriba” el sueño y la realidad comienzan a mezclarse ya que describe a un antepasado muy claramente.
“Pero el olor cesó, y en cambio vino una fragancia compuesta y oscura como la noche en que se movía huyendo de los aztecas”.
En “El sur” describe al hombre como que su viaje es una realidad, pero en realidad se trata de confundir al lector mezclando sueño y realidad.
“Dahlmann había llegado al sanatorio en un coche de plaza y ahora un coche de plaza lo llevaba a constitución”.
Por otro lado, Cortázar refiere a una focalización en tercera persona, porque el narrador sabe lo mismo que los personajes. De esta manera los lectores pueden sentirse como en el relato.
Sin embargo, Borges, utiliza un narrador omnisciente, por lo tanto el narrador sabe más que los personajes.
A continuación se representan imágenes sensoriales, que hacen parecer que los olores son reales, a través de una cita.
“Primero un olor a pantano, ya que a la izquierda de la calzada empezaban las marismas, los tembladerales de donde no se volvía nadie”.
Borges habla del anacronismo y describe la ciudad de Buenos Aires en una época muy vieja.
“Ocho semanas pasaron, como ocho siglos”.
Jorge Luis Borges hace referencia al viaje soñado como una realidad.
Cortázar anticipa la muerte del personaje que luego sería sacrificado, a través de la siguiente cita:
“Cuando en vez del techo nacieran  las estrellas y se alzara ante el la escalinata incendiada de gritos y danzas, sería el fin”.
La ambigüedad se genera al final de este cuento, cuando se ve un cambio en el punto de vista de la historia y el narrador es un moteca.
Juan Dahlmann realiza un viaje durante su enfermedad en el que se encuentra con unos compadritos con los que discute, y se hace referencia al gaucho del relato del Martin Fierro.
En la siguiente cita Borges da cuenta que se hace entender que en realidad Juan no murió así, sino que murió enfermo, y por lo tanto se podría pensar que todo el viaje fue un sueño.
“Sintió al atravesar el umbral, que morir en una pelea a cuchillo, a cielo abierto y acometiendo, hubiera sido una liberación para él, una felicidad y una fiesta, en la primera noche del sanatorio, cuando le clavaron la aguja. Sintió que si el, entonces, hubiera podido elegir o soñar su muerte, esta es la muerte que hubiera elegido o soñado”.
En la siguiente cita se muestra la certeza, por eso genera confusión al lector.
“Dahlmann empuña con firmeza el cuchillo, que acaso no sabrá manejar, y sale a la llanura”.
En conclusión, estos dos relatos presentan una relación con el doble, y la doble muerte más específicamente y como están contados los hechos genera confusión.


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