Dos
historias opuestas
– Bueno chicos, hoy vamos a
escuchar la historia de dos chicos que viven en diferentes sectores de la
ciudad. Por un lado esta Facundo que vive en una villa, y Victoria que vive en
un barrio privado – dijo la profesora haciéndole un gesto a Facundo para que comience.
– Bueno, hola chicos, mi
nombre es Facundo y les vengo a contar mi historia – dijo el chico, seguido de
unos cuantos “hola” de los alumnos. – Bueno al igual que ustedes, yo me levanto
cada mañana a las 7 a.m. pero tengo diferentes actividades cada día, de lunes a
jueves voy al colegio y de viernes a domingo tengo que trabajar. Ladrillo por
ladrillo hacemos crecer las casas, para mis familiares, amigos, porque ahí todos
nos conocemos entre todos. A diferencia de ustedes yo tengo que trabajar, mis
hermanos y mis padres tienen que trabajar, porque no alcanza con que mis padres
lo hagan, y nosotros ayudamos, ponemos de nuestra parte. Cada mañana me levanto
más temprano que todos para hacerle el desayuno a mi familia; somos 5 hermanos
y mis padres. Café para ellos dos y leche chocolatada para nosotros 5. Si,
pensaran ¿Qué, no comen nada? A veces nos damos el lujo de abrir un paquete de
galletitas, pero la mayoría de las veces no las podemos comprar, son muy caras
y esa plata la ahorramos para gastarla en alimentos que realmente nos
ayuden al cerebro, a pensar. Los días en
el colegio son parecidos a los de cualquiera de ustedes, nada más que nosotros
vamos a una escuela pública y no tenemos un uniforme tan prolijo como el suyo,
pero eso es lo de menos, agradezco por lo menos tener educación. Los días en el
trabajo son los más duros, la noche anterior me acuesto temprano, porque
trabajamos al rayo del sol o debajo de la lluvia en ocasiones, mi viejo y yo
nos encargamos de construir casas, de arreglar lo que podamos para dar una mano
a los demás. Agradezco que me hayan educado así, en estas partes falta mucho la
cultura, la educación en algunas familias; son increíble la cantidad de cosas que veo que
sufren algunos parientes, amigos… Amigos que están pasados por la droga, que no
tienen un peso y no salen a trabajar. Acá en la villa se ven muchas cosas, normales
o raras para ustedes. Ustedes viven en una casa, algunas grandes otras no
tanto, yo vivo en una casa chiquita pegada a la de mis abuelos que prácticamente
es la misma casa pero separada por un patiecito, lo cierto es que en la mayoría
de las casas no tenemos inodoros, hacemos nuestras necesidades en un agujero en
la tierra; nos lavamos las manos, los dientes, los alimentos, etc. en la misma
pileta que tenemos en la cocina, junto a un horno con cuatro hornallas y una
heladera. Tal vez nuestras casas no estén en las mejores condiciones pero
hacemos lo que podemos y con eso nos conformamos, porque no tenemos más que
eso. Igualmente, somos muchos habitantes y tenemos un feria, parecido al
shopping que van ustedes pero en condiciones paupérrimas. Los gobiernos
intentan sacarnos, intentan destruir nuestro lugar, desarmar estas villas, pero
no han podido lograrlo. Lo cierto es que nuestra realidad es muy diferente a la
suya o a la que se pueden imaginar, los niños acá juegan entre basura, los
juegos de las plazas no están en los mejores estados, pero disfrutan lo que
tienen. Porque en las condiciones que sea, todos los niños tienen derecho a
jugar, divertirse, crecer jugando, caerse y levantarse, seguir creciendo y
aprendiendo aunque tengamos poco, lo indispensable o a veces ni siquiera lo mínimo
e indispensable. Esta es mi historia y me alegra compartirla con ustedes feliz
y orgulloso y que me escucharan, gracias chicos.
Los alumnos estaban muy
concentrados, la maestra pregunto si alguno tenia alguna pregunta para hacer al
respecto a lo que todos respondieron que no. La siguiente en contar su historia
era Victoria, la maestra la presento y ella comenzó de la siguiente forma:
– Hola, como la profe ya
dijo mi nombre es Victoria, digamos que mi vida es casi igual a la suya. Voy a
un colegio privado todos los días. Vivo con mi hermana y mis padres, mi hermana tiene 9 años y va al mismo colegio que yo, mi padre tiene una empresa de
materiales eléctricos y mi madre es maestra jardinera. Todos los días nos
levantamos a las 7 a.m. y mi madre nos espera con dos tostadas para cada uno y
te, leche, mate cocido o yogurt. Me pongo el uniforme, una pollera azul,
medivachas azules, chomba blanca con el cuello rojo, buzo azul y campera roja y
azul. Agarro mis libros y carpetas y los meto en la mochila, me lavo los
dientes, la cara y rápidamente mi padre nos lleva en auto a la escuela, de camino
pasamos a buscar a un compañero y seguimos viaje. Voy al colegio todos los días
hábiles al igual que ustedes, y tengo jornada extendida. Cuando salgo del
colegio a veces voy a almorzar a algún restaurante con mis amigos y luego nos
juntamos en alguna casa o me voy a mi casa a estudiar. Dentro del barrio tengo
muchos amigos, casi siempre nos juntamos y tenemos la libertad de salir a
caminar a la hora que sea ya que allí adentro estamos más seguros. Mi madre
llega de trabajar al mediodía y mi padre a la tarde-noche. Tengo una casa
bastante grande, con habitaciones individuales para mi hermana y para mí,
separadas de la de mis padres. Tres baños en toda la casa, cocina, comedor,
living, un patio bastante amplio con vista al lago y en el fondo una habitación
de huéspedes con un baño. Los fines de semana salgo a bailar con mis amigas, y
a veces ayudo en los quehaceres de la casa, pero de lunes a viernes se ocupa la
empleada de eso. En este barrio casi todos tienen casas grandes con mucha decoración
y cosas innecesarias pero que quedan bien a los ojos de la gente. Yo creo que
en este barrio se vive una política de “cuanto más mejor, cuanto más caro
mejor, cuanto más llamativo mejor, cuanto más moderno mejor”. Veo muchas
situaciones, de amigos, conocidos… que tienen mucha plata, que la gastan en
cosas que no tienen importancia, que si no tienen lo último están fuera de
moda. Algunos creen que la vida de barrio privado es un lujo tras otro, es la
vida perfecta, la que todos quisieran, por un lado existen bastantes lujos,
pero también hay gente que pasa por la droga, alcoholismo, que hace cosas “indebidas”
para conseguir todos esos lujos. También, falta de humildad, la humildad creo
yo que es algo muy importante en la vida de cada persona, para construir un ser
humano se necesita entre otras cosas humildad. Y bueno nada, esta es mi
historia, digamos que no muy interesante tal vez, pero yo la cuento feliz.
Los chicos aplaudieron tanto
a Facundo como a Victoria y ellos les agradecieron haciendo un gesto con la
cabeza, a continuación, la maestra también les dio las gracias a los chicos y
les indico a los alumnos que realizaran un trabajo práctico acerca de las dos
historias que acababan de escuchar. – Seguido de lo último pongan la fecha y
escriban, ¡uno! Escribir un cuento, donde se narre la vida cotidiana de dos
adolescentes, uno de ellos vive en un asentamiento de cualquier centro urbano
del país y el otro, en un barrio privado. ¿Cuáles serían las actividades que
desarrollan y que “escenarios” de la ciudad estarían involucrados?, esta misma
consigna está escrita en la página 151 del libro “Geografía ll Sociedad y economía
en la Argentina contemporánea” de longseller para el que no llego a copiar. ¡Dos!
¿Cuáles son………?
FIN.
Muy bien, Victoria. Hay algunas faltas de ortografía para corregir y al final estaría bueno si podrías agregar un poco del contexto de ambas historias. Es decir, dónde están las bases de esas diferencias
ResponderEliminarSaludos!
Jajajajaja, me mató el final
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